El monóxido de carbono se encuentra en el humo del tabaco, y pasa a la sangre a través de los pulmones. Es el reponsable del daño en el sistema vascular por una parte, y de la disminución del transporte de oxígeno a los tejidos de nuestro organismo. Produce fatiga, tos y expectoración.
La nicotina actúa sobre las áreas del cerebro que regula las sensaciones placenteras, provocando la aparición de dependencia. También actúa sobre el sistema cardiovascular aumentando la frecuencia cardíaca y la posibilidad de arritmias. Además, produce cambios en la viscosidad sanguínea aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol.
Al consumir tabaco se producen algunas alteraciones poco deseables entre las que se encuentran:
La nicotina actúa sobre las áreas del cerebro que regula las sensaciones placenteras, provocando la aparición de dependencia. También actúa sobre el sistema cardiovascular aumentando la frecuencia cardíaca y la posibilidad de arritmias. Además, produce cambios en la viscosidad sanguínea aumenta los niveles de triglicéridos y colesterol.
Al consumir tabaco se producen algunas alteraciones poco deseables entre las que se encuentran:
- Arrugas prematuras en la zona del labio superior, alrededor de los ojos, barbilla y mejillas, y coloración grisácea de la piel que constituye el llamado "rostro del fumador".
- Manchas en los dientes, infecciones y caries dentales.
- Mal aliento y mal olor corporal por impregnación del olor del tabaco.
- Manchas amarillentas en uñas y dedos.
Los jóvenes que empiezan a fumar no suelen conceder importancia a los efectos que el tabaco producirá sobre su salud a largo plazo.
Efectos a corto plazo en jóvenes:
Efectos a corto plazo en jóvenes:
- Aumento de catarros de repetición.
- Aumento de la tos.
- Disminución del rendimiento deportivo.
- Pérdida de apetito.
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